Si bien, lo que más suele importar en cualquier banda de rock es su sonido y actitud, existe otro elemento al que muy pocos le ponen atención y se trata de la imagen. Eso no quiere decir que los integrantes salgan maquillados o con peinados estrafalarios sino que porten ropa como la que se acostumbraba en la época de sus abuelos. No importa la forma en la que toques pero siempre te tienes que ver bien.
La lección es aplicada por Les Bof!, cuarteto escocés nacido en Edimburgo que tienen un profundo respeto por la música e imagen que dominaba en el rock de mediados de los sesenta. Por eso su mayor objetivo no es sólo sonar como sus ídolos sino verse como ellos.
De esta forma, el sello inglés Dirty Water Records edita el segundo LP del combo europeo en el que se repite lo presentado en su álbum debut. La diferencia es que ahora se aprecia un sonido más cohesionado por la experiencia adquirida por los años.
Dentro de las mayores influencias del conjunto se encuentra el pop ye-yé francés, por lo cual todas sus canciones están cantadas en la lengua de Napoleón.
A lo largo de 14 canciones también se escuchan referencias al sonido y cultura mod y beat. Como tema abridor se escucha una personal versión de "Jezebel", composición original de Wayne Shanklin que ha sido interpretada infinidad de veces pero en esta ocasión destaca el refinado tratamiento que se le dio.
A su vez, en "Je Suis Le Boss" destaca una armónica que le ofrece al cuarteto un sonido más cercano al R&B de los primeros años de The Rolling Stones. En cambio, "Drogue 'N' Roll" es una pieza que se adentra por completo en el garage con una guitarra llena de fuzz y una energética batería.
Al final, el segundo LP de Les Bof! resulta en un viaje al pasado, cuando los jóvenes músicos no se preocupaban por ser los más virtuosos ni los mejores y simplemente querían divertirse y disfrutar el presente sin pensar en el mañana.